Ante la pregunta que hacer, hay muchas respuestas y una de ellas es: “SAQUEMOS PROVECHO DEL ENAMORAMIENTO DE LOS JÓVENES”.
Reacción: ¿Cómo, enamoramiento de mi hija, de mi hijo? ¡No!, pues yo te digo ¡sí!
Primero, hay que entender que el enamoramiento es un estado constante en los seres humanos y que en el despertar de la vida, llámese niñez o juventud, se da con mayor euforia y frecuencia, puesto que es una etapa donde la personalidad y los sentimientos son mas volubles, y podemos pasar de la ilusión a la desilusión sin motivo alguno.
El enamoramiento es una etapa maravillosa, no nos asustemos pero en realidad es el despertar del sexo; es decir, es parte de nuestra sexualidad por la que todos tienen que pasar más tarde o más temprano, no se sabe la edad, ni la forma como llegará. Podemos agregar que es la etapa de la admiración del uno al otro, de los temores e inseguridades, de la afirmación de nuestro sexo, de la fantasía. Es un estado especial de éxtasis, donde se juguetea con la palabra amor, pero no nos olvidemos de las huellas que dejan y que se traducen en esta frase “el primer amor nunca se olvida”.
Ahora, después de este necesario preámbulo vayamos al tema que nos convoca, ¿Cómo podemos sacar provecho de esta situación?, involucrándote en el asunto, tomando parte de este descubrimiento de tu hijo o hija y tocando el tema con naturalidad, paciencia y mucho tino.
Es la mejor oportunidad para que los padres se conviertan en amigos y establezcan con sus hijos una relación de confianza, de cofradía y hasta de cómplices de sus sueños y aspiraciones, si esto no es así, es seguro de que no serán aceptados y muy posible serán hasta rechazados, creándose una barrera infranqueable entre ambos, muy difícil de traspasar.
El tener éxito en esta primera fase del acercamiento, nos permitirá ayudar a nuestros hijos libremente, en su oportunidad y con una docilidad inimaginable, recibiendo de ellos la aprobación para meternos en su vida o en sus cosas como ellos lo llaman; si hemos logrado esto, el cielo se abre para nuestra familia, porque una persona enamorada, más aun un joven o un niño, es capaz de hacer muchas cosas buenas si es bien orientado.
Tendremos mejoras en los estudios, porque querrá ser el mejor de la clase, se notarán cambios de hábitos, porque deseará tener una buena presencia y aseo personal; habrá más responsabilidad en sus actos, porque necesitará de la aprobación de los suyos y de quién se enamora; será más comunicativo, porque tendrá confianza y se sentirá seguro; y lo más importante, será feliz, porque se sentirá querido por su familia y su prójimo.
No creen que esta sea una táctica realizable y factible para aplicarla en nuestra familia. Lean dos veces este artículo y seguramente encontrarán que faltan muchas cosas, pero no dejen de reconocer que lo poco que dice es muy cierto, y si usted entendió el fondo de este tema, entonces “SAQUEMOS PROVECHO DEL ENAMORAMIENTO DE LOS JÓVENES”. (Carlos R. Llirod Guzmán)