sábado, 3 de octubre de 2009

Me quiero “Independizar”: Me quiero ir de mi casa

En este tiempo me ha sorprendido la cantidad de testimonios acerca de la necesidad manifiesta de los jóvenes de irse de sus casas argumentando querer “independizarse”. Lo cierto es que todos, en algún momento necesitamos independizarnos no solo económicamente sino también emocionalmente de aquellos que conforman nuestro núcleo más cercano (padres, familia, trabajo, etc.). Porque esto es parte de crecer. “Madurar“.
Ya he comentado en otras oportunidades como se forjan nuestros vínculos y dependencias (físicas y emocionales) desde el momento en que nacemos, necesitamos siempre de un otro para subsistir debido al estado prematuro y de “indefensión” en que venimos al mundo (un bebe por si solo no puede alimentarse, cuidarse, bañarse, contenerse ante situaciones de desamparo, miedos, etc. etc.). Esta condición favorece nuestros vínculos de dependencia con todos aquellos que tenemos cerca y nos aportan algo a nuestra vida y bienestar. Es decir, que sobre la respuesta a necesidades físicas reales como alimentarse, cuidarse, dormir, se generan otras de orden afectivo como la contención emocional frente a situaciones de desamparo, de frustración, de alegría. Necesitamos del otro para mucho más que subsistir. De esta manera las personas significativas en nuestra vida se convierten en nuestro sostén.
Y necesitamos de ese sostén mientras estemos “verdes”, mientras nos falte aprender, confiar, adquirir seguridad, armar nuestro marco de referencias, nuestro propio sistema de valores, desarrollar nuestro sentido común, confianza, criterio, recursos defensivos, herramientas para desenvolvernos en la vida cotidiana, autonomía, sentido de responsabilidad, capacidad de elección y decisión. Parece mucho no?
Sin embargo todo eso pasa (o debería pasar) mientras crecemos. En algunos casos casi naturalmente, dependiendo del contexto familiar y social en que se crezca.
Mucho depende de los padres que nos hayan tocado, de como ellos mismos hayan resuelto el proceso de separación-individuación de sus propios padres. Porque crecer e independizarse es eso, separarse e individualizarse, ser uno y único. Pensar, elegir, decidir, y responsabilizarse por uno mismo.
Despegar implica estar preparados para afrontar desafíos solos, para sostenernos solos, aceptar los errores, correr el riesgo de equivocarnos y sabiendo que somos responsables de eso. Aprehender esto dependerá de las prácticas de “ensayo y error” que vayamos realizando en nuestra vida, en diferentes contextos y con distintas implicancias por supuesto, de niños bajo la mirada de nuestros padres, de grandes un poco más solos. Pero en esto es muy importante el lugar que dan los padres para esta “practica” previa.
Habitualmente se confunde independizarse con “mudarse solo” o “irse de casa”. Sin embargo, esta decisión no tiene que ser una reacción a una mala relación con nuestra familia, a una disconformidad, o a no estar del todo cómodo, pensando que la distancia física resolverá las cosas.
Es más amplio que esto, aunque a veces tales diferencias con los padres precipitan una decisión de este tipo. Es el resultado de un proceso de crecimiento y maduración. Forma parte de la necesidad de tener un espacio propio, una identidad, responsabilidades, riesgos y aciertos.
Ante esa situación sería conveniente revisar primero que moviliza la decisión de mudarse, y tratar de resolver primero los conflictos familiares para no sentirse obligado a independizarse, ni buscar falsa soluciones que se convertirán luego en otro problema.
Publicado por Lic. Eliana Maratea

¡Quiero Ser Feliz!


El ser feliz es una necesidad para las personas, muchos quieren disfrutar la vida pero no saben cómo hacerlo, pareciera que es más fácil odiar la vida que amarla. No disfrutan las relaciones, las amistades, el trabajo, no disfrutan nada y llegan a preguntarse ¿Por qué no puedo ser feliz? Y buscan respuestas en otros culpándolos de todas sus desgracias, culpan a los padres, a los maestros, a los amigos, al cónyuge, al jefe y a todo aquel que se le ocurra o se le atraviese en el camino. Es fácil buscar culpables cuando no queremos cambiar y simplemente nos dejamos llevar por las circunstancias de la vida.
El ser feliz es algo que depende exclusivamente de mí y que comienza a medida que me amo a mi mismo. No se trata de ser egoísta al pensar en mi mismo, se trata del principio espiritual “Amaras a tu prójimo como a ti mismo”. No puedes pretender ser feliz con otros si no eres feliz contigo, ni te aceptas ni te soportas a ti mismo. Recuerda el ser feliz no depende de otros, es tu elección que cambia el mundo.
La felicidad no es un sentimiento, es un modo de vida que se aprende viviendo en gratitud. Tu felicidad no está determinada por lo que digan o hagan otras personas, está determinada por lo que tu pienses acerca de ti mismo. ¿Qué piensas acerca de ti mismo? Quizás es tiempo de cambiar esa imagen que tienes de ti porque no es lo que Dios diseño para ti. Es tiempo de dejar de verte como una víctima, hoy es el día que tienes que comenzar a verte como protagonista. ¿Qué cosas necesitas cambiar para verte como protagonista? ¿Será tu comportamiento? ¿Será tu actitud? ¿Será tu manera de ver la vida?
Quizás no alcances a ver y necesitas la ayuda de un entrenador que te ayude a ver aquellas cosas que no estás viendo, sin embargo déjame decirte que el primer paso para ser feliz es tener la paz con Dios, El es el dador de la felicidad, y si estoy amándole a El y me amo a mi mismo, es más fácil amar a los demás y disfrutar la vida.
Somos felices cuando todo nos sale bien, nos encanta que todo nos salga bien y si eso es lo que busca comienza en este día a ser feliz. Algunas cosas que puedes hacer:
1) Agradecer a Dios por la vida y la oportunidad que te da para disfrutarla.
2) No pienses ni hables nada contrario a lo que Dios dice que eres. Piensa lo mejor.
3) Olvida los errores del pasado, el ayer es historia. Disfruta el presenta y planifica el futuro.
4) Haz sentir a las personas que tienes a tu lado que son importantes para ti.
5) Busca siempre el lado positivo del fracaso. ¿Qué puedes aprender hoy?
6) Practica el poder de la sonrisa, el poder del abrazo y el poder de las palabras positivas con las personas que encuentres cada día.
7) No te olvides “Quie
n tiene a Dios nada le falta”
Hay otras ideas prácticas que te ayudaran pero debes recordar que la felicidad es un viaje no un punto de llegada y esta felicidad llega con la decisión de cambiar paradigmas, creencias y cosas que debemos abandonar.
Hoy es el mejor día para ser feliz y aunque parezca imposible está a pocos segundos de que suceda.
Es tu elección.